Pablo está en sus inicios de la escuela, va al jardín de
lunes a viernes; él sabe muy bien lo que es un círculo pues es lo que en su
casa le han enseñado con mas facilidad;
sabe que se ve en el sol, en las canicas y hasta en la llanta de los carros. Un
día cuando asistía al jardín, había un juego didáctico de poner las figuras
geométricas en su lugar y resultó que una de las figuras no entraba en su lugar
así que pablo comenzó a buscar mas círculos que encajaran pero ninguno lo
hizo.
No eran círculos era lo que tenía claro. Pablo
inmediatamente le preguntó a la profesora cual figura podría meter allí a lo
cual la profesora le respondió: -si lo adivinas te daré un chupete de corazón-.
El niño se entusiasmó y emprendió la tarea.
Al pasar los días el niño veía que las galletas tenían una
forma similar a el de la figura extraña,
lo mismo los cajones de su armario, y con las ventanas de la casa así que lo
comenzó a nombrar ventana…
El niño veía que había varios tipos de “ventana” y también
de muchos colores así que busco uno apropiado para que encajara en el juego
anteriormente descrito, cuando el niño realizo esta acción, la maestra le dijo:
-muy bien pablo has logrado meter el círculo y el cuadrado en su lugar- a lo cual es niño respondió con cara extraña.
- ¿cuadrado?-
- si pablo eso es un cuadrado.-
El niño entonces supo que existía otra figura llamada
cuadrado, elaboró su propio pensamiento y logró hacer sus propias conclusiones
al respecto, es de recalcar que el trabajo de la profesora estuvo bien al
inculcar la investigación en sus estudiantes.
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